Cuando yo le planteo estas preguntas a mis clientes en nuestras sesiones privadas de coaching, casi todos responden de una manera general, casi ninguno se ha dado el tiempo de pensar el tipo de vida afectiva que quieren vivir, algunas tienen las expectativas que fueron implantadas por sus padres o tutores.
Sin embargo, la educación para el matrimonio debería ser primordial para las personas que quieren casarse y vivir una relación de pareja plena, dado que en teoría los matrimonios deberían superar la vida laboral, esto es más de 30 años. En este artículo te planteo una manera diferente para ayudarte a diseñar tu vida amorosa, una manera de que encuentras las respuestas dentro de ti mismo.
1. Entra a tu cámara secreta
El primer paso para diseñar nuestra vida afectiva es entrar a nuestra cámara secreta, en el lugar donde se procesan todos nuestros pensamientos. Para lograrlo quédate quieto en tu cama, en silencio absoluto, sencillamente respirando y sintiendo que hoy estás vivo.
Luego te planteas las siguientes preguntas de reflexión respecto de tu vida amorosa:
¿Qué tipo de persona soy? ¿Qué valoro de mí por encima de todo? ¿Cuáles son mis creencias: en el amor, relaciones de pareja, familia, compromiso, sexo y matrimonio? ¿Qué tipo de relación amorosa quiero vivir? ¿A qué le tengo miedo? ¿Por qué tengo ese miedo? ¿De dónde me vienen esas creencias?, ¿He fracasado en relaciones anteriores? ¿Por qué? ¿Qué tipo de conductas repito una y otra vez en mis relaciones anteriores? ¿Qué conocimientos me faltan para mejorar mis relaciones afectivas?
La única manera de saber lo que tú quieres y mereces es entrar en tu cámara secreta y reflexionar sobre la forma en que amas y quieres ser amado.
2. Dale un sentido a tu vida amorosa
Otra de los pasos para diseñar la vida amorosa es darle un sentido, por ejemplo quiero tener o mejorar mi relación para llegar al matrimonio. Lo esencial es definir cuales son las prioridades en tu vida afectiva y encaminarla hacia donde quieres llegar.
Para lograrlo te sugiero estás preguntas de reflexión: ¿Cómo sería el hombre o la mujer que yo quiero? ¿Cómo se vería? ¿Cuáles serían sus valores, sus creencias? ¿Qué sentiría? ¿Qué lo motiva? ¿Si yo fuera ese hombre, que tipo de mujer buscaría? ¿Si yo fuera esa mujer, que tipo de hombre buscaría? ¿Dónde la buscaría? ¿De todo lo que quieres y esperas, que tienes tú para compartir? ¿Qué le vas a preguntar? ¿Cómo te vas a presentar? ¿Cómo vas a valorar que ese es tu hombre? ¿Cómo vas a valorar que esa es tu mujer?
3. Ponte en la mira
Una vez que hayas diseñado mentalmente tu vida afectiva, el siguiente paso es moverte en función de tu objetivo. Sal y busca a tu hombre o a tu mujer en los lugares que piensas que puede estar: fiestas en la universidad, teatro, cine, cafés, reuniones de amigos, por internet, bares, cursos, etc.
La mejor manera de ser encontrado es ponerse en el camino de alguien, no te quedes inmovilizado en tu casa esperando que esa persona llegue, ya sabemos que lo único que llega a la puerta de nuestra casa es el correo y de vez en cuando nuestros amigos o familiares.
Finalmente recuerda que en el mundo hay sapos y ranas, no pierdas el tiempo con personas que no están en tu nivel de conciencia, muévete hacia la persona que está al mismo nivel donde ha evolucionado tu alma, al fin y al cabo eso es lo que cuenta.
Teresa Ruiz
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