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La Envidia


La envidia es un sentimiento de tristeza, de irritación y de odio. Existen personas en las que este sentimiento es tan fuerte que van dando tumbos en la vida desde hace mucho tiempo sin saber por qué. 

Todos los éxitos, toda la alegría, toda la felicidad y la alegría están controlados por el pensamiento. Para estas personas, su único control se limita a la obsesión de cuestionar a Dios, al Universo o cualquier otra cosa:

  •  Por qué, por qué, por qué… 
  •  ¿Por qué todo parece fácil para ellos? 
  •  ¿Por qué ellos y su familia no están nunca enfermos? 
  •  ¿Por qué les sale el dinero por las orejas? Tienen mucho más de lo debido, deberían compartirlo con nosotros. 
  •  ¿Por qué siempre son tan felices? 
  •  ¿Por qué sus hijos son tan buenos en todo mientras que los míos no destacan en nada? 

Siempre están al tanto de lo que ocurre en casa de sus vecinos. Sienten resentimientos hacia ellos, les reprochan la facilidad de sus vidas, su éxito. Cuando se miran a sí mismos, tan sólo ven el aspecto negativo y deprimente de sus vidas. 

A esta persona le grito: “¡OCÚPATE DE TUS ASUNTOS! Basta ya, estás perdiendo el tiempo intentando saber por qué, intentando entender por qué los demás tienen lo que tú no tienes. Tu vida es deprimente por que la vives a expensas de los demás. Tus sueños son impersonales y tus ambiciones resultan inaccesibles. No encontrarás nunca una solución si estás siempre pendiente de tus semejantes”. 

Sé que no es fácil, ni mucho menos, cuando nos hemos pasado la vida en las garras de la envidia. Cambiar ahora parece posible para los demás, pero no para ti. La envidia es como un germen cancerígeno que se va desarrollando. 

¿Te has puesto a pensar por un momento cómo será tu vejez? Serás una persona amargada, frustrada, malintencionada y desagradable. Vivirás en la amargura del pasado, de un pasado inútil por que lo habrás vivido en desacuerdo con la grandeza del alma y la magnanimidad. Tus vibraciones se mantendrán a un nivel bajo y te instalarás en el malestar. 

Ocúpate de tus asuntos, deja inmediatamente de compararte con los demás y empieza a valorar la maravillosa persona que tú eres. No olvides que toda tu vida depende de tu modo de pensar. Al emprender ahora este trabajo sobre ti mismo, el fruto de tus esfuerzos será la HERENCIA de tu jubilación. 


Daniel Sévigny

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