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El Jardín Secreto


Cuando yo tenía 10 años, mi madre volvió a casarse y fue capaz de reunir a nuestra familia por primera vez desde que era un bebé. Mi hermano mayor Dave y yo habíamos vivido en hogares de acogida en todos esos años. Allí estábamos, por fin, todos bajo el mismo techo otra vez, mi maravillosa madre, mi no tan maravilloso padrastro alcohólico, mi hermano mayor, Jim, a quien apenas conocía, Dave y yo. Vivimos en un pequeño duplex el año que entré en el cuarto grado en la escuela Chester Arthur. Mi maestra, la Sra. Engel tenía la regla de que si en clase estábamos tranquilos y con un buen comportamiento, ella leería en voz alta desde las 2:45 hasta las 3:10, cuando ya era hora de volver a casa. Yo me encargué de ser el ejecutor y mantenía a los otros niños en línea, porque tenía muchas ganas de escuchar esa historia.

La Sra. Engel estaba leyéndonos El Jardín Secreto. ¿Alguien recuerda ese libro clásico para niños? Fue escrito por el autor británico Frances Hodgson Burnett y publicado por primera vez en 1911. Me encantó que lo leyera y me encantó esta historia sobre una niña huérfana llamada María. María va a vivir con su tío en un campo Inglés, y con dos nuevos amigos, ella descubre un perdido jardín de rosas que cura mágicamente su vida. El Jardín Secreto es realmente un lugar secreto en cada uno de nosotros, un lugar al que podemos escapar, un lugar donde podemos hacer nada, o bien crear lo que queremos para nosotros mismos. Podemos hacer que el mundo cobre vida, podemos crear milagros. Yo también tuve un jardín secreto que me permitió lidiar con la inestabilidad de la vida, todos los lugares y la gente a los que había tenido que adaptarme. Tuve algunas experiencias locas como niño pequeño, algunas de ellas abusivas y desagradables, algunas de ellas maravillosas y fantásticas. Seguí recibiendo nuevas experiencias todo el tiempo, pero de alguna manera siempre supe que podía ir dentro y estar en silencio y ser y hacer cualquier cosa. Creo que todo esto tenía algo que ver con la forma en que mi vida se ha desarrollado pues escribí 41 libros, todos ellos sobre el poder de la mente para que podamos ser, hacer y crear cualquier cosa que queramos para nosotros mismos. 

El poder divino está moviendo las fichas de la vida a tu alrededor, y todo encaja al final. Ese poder divino vio a alguien que quería enseñar la autosuficiencia y le dio una vida como huérfano. También me dio un hermano, más viejo, pero más pequeño y más débil, que necesitaba ser atendido. Así es como he llegado a ver mi vida de la manera en que todas las piezas parecen encajar. Yo te pido que mires tu vida de esta manera, también. En lugar de mirar tu pesar, en vez de mirar el miedo, la ira, el dolor y la tristeza, intenta ver en tu vida desde la perspectiva de que todo está orquestado por Dios. Es el cambio más sorprendente. 


Wayne Dyer

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