El Principio de Causa y Efecto y su Aplicación Práctica

"Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa. Todo sucede de acuerdo a la Ley. La Suerte es el nombre que se le da al desconocimiento de la Ley. Hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley."

-El Kybalion 

Este principio nos enseña que nada ocurre por casualidad, todo sucede de acuerdo a la Ley. Como dice el aforismo: "No hay casualidad, hay causalidad". La suerte es un concepto vacío, todo tiene un sentido. Toda causa genera un efecto que, a su vez, es causa de nuevos efectos. Existen muchos planos, los superiores dominan a los inferiores, pero ninguno escapa de este principio. 

Conocer plenamente éste nos permite subir por la escalera de los planos para llegar a los superiores y, desde allí, manejar los planos inferiores. Es decir, aprendemos a crear los efectos deseados en los niveles más materiales. 

La gran mayoría de las personas se dejan llevar por las corrientes de causa y efecto como un corcho en medio de las olas, sin comprender qué tan responsables son de los resultados que han manifestado en su vida. Se mueven como robots, empujados por los mandatos culturales, las sugestiones masivas, los gustos y modas pasajeros. Suelen burlarse de quienes intentan salir del limitado corral que los limita, sin llegar a comprender que la posibilidad de su libertad verdadera está plenamente a su alcance. 

Quien se hace maestro de sí mismo, comprendiendo y poniendo en práctica estos poderosos principios del mentalismo, deja de ser dominado para empezar a dominar toda su existencia. Un poder inmenso duerme en el interior de cada ser humano, sólo hay que saber y atreverse a usarlo. 

Aplicación práctica 

-Decide tomar el control de tu vida. Comienza a crear las causas que generarán los efectos que deseas materializar. 

-Deja el papel de víctima, empieza a ser creador de tus circunstancias. 

-Hazte cargo de lo que has creado hasta ahora y transforma lo que deba ser cambiado. 

-Haz un programa diario de prácticas, desarrolla un campo coherente de pensamientos, y persevera hasta crear los resultados programados.

Autores del Texto: Alberto Marpez y Marisa Callegari