
La gratitud y la acción de gracias son cualidades del alma poco conocidas y ejercitadas. El cielo y la tierra escuchan y responden al alma de quien ha despertado y que alaba y da gracias. La alabanza es gratitud en acción. Practícala en tu hogar.
Si dar gracias ha convertido
una provisión limitada en
superabundancia, puede
volver a hacerlo. Eliseo
lo hizo. Jesús lo hizo.
Ese mismo poder está
latente en ti. ¿Por
qué no lo haces
surgir?
Si nunca has
practicado dar gracias diariamente en tu hogar, has dejado sin usar uno de los factores más potentes disponibles para hacer surgir
condiciones ideales.
La Verdad nos libera de todas las limitaciones que pensamos
que nos atan. No tenemos que estar enfermos. No tenemos
que pasar por experiencias desagradables. Si permanecemos
en el lugar del Altísimo, el guarda de la Verdad nos protegerá
y los ángeles cuidarán de que no tropecemos. Si
asumiéramos el hábito de pensar en nuestros
alimentos antes de ingerirlos, teniendo presente
su origen, pensando en el Espíritu, la gran vida
que hace que nuestros vegetales y frutas crezcan,
haríamos surgir la alabanza en nuestros corazones
según comemos. Dicha alabanza dará nuevo valor a
nuestros alimentos y hará que su sabor aumente. “No sólo de
pan vive el hombre, sino que vive de todo lo que sale de la
boca del Señor”.
Prosperidad en el hogar
Debes apreciar tu prosperidad. Debes sentir profunda gratitud
por cada demostración, tal como lo harías por cada tesoro
inesperado. Has de esperar prosperidad porque cumples
con la ley, y tienes que dar gracias por cada bendición. Esto
mantendrá fresco tu corazón. Dar gracias es como la lluvia
que cae sobre el suelo que ha sido preparado, refrescando las
plantas y aumentando la productividad del terreno. Cuando
Jesucristo tuvo sólo un poco de provisión para alimentar a la
multitud, él dio gracias por lo que tenía; y el poco suministro
creció tan abundantemente que todos fueron satisfechos y
hasta sobró.
Las bendiciones no han perdido su poder desde que Jesús las
utilizó. Pruébalo y comprobarás su eficacia. Ellas tienen en sí el poder para multiplicar. La alabanza y la acción de gracias
guardan en sí el poder espiritual para aumentar y hacer crecer.
Nunca condenes nada en tu hogar. Si deseas ropa o muebles
nuevos para reemplazar aquellos que has usado por mucho
tiempo, no digas que lo que tienes está viejo y gastado.
Presta atención a tus ideas; visualízate con un vestuario
que represente al hijo del Rey (Dios), e imagina tu casa con
muebles que complazcan tus ideales. Utiliza la paciencia, la
sabiduría y la asiduidad que el agricultor emplea al sembrar y
cultivar, y tu cosecha será tan segura como la de él.
Myrtle Fillmore
de Cómo dejar que Dios te ayude
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