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¿Confías en el Universo?

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Permitir que el universo funcione en nuestro nombre puede ser la cosa más difícil de hacer, o la más liberadora. Para aquellos que tienen problemas en confiar, dejar que el universo trabaje en nuestro nombre es aterrador. Hemos desarrollado la creencia de que si queremos que algo se haga bien, tenemos que hacerlo por nosotros mismos. Dejar que otros lo hagan significa que probablemente puedan hacer poco o nada en absoluto. Por supuesto, tal creencia ¡sólo nos prepara para recibir exactamente ese resultado!

Pero va aún más allá que las cuestiones de control. En esencia, una resistencia a permitir, lo que también revela una obstrucción más grande: la falta de confianza. 

A fin de permitir realmente, tenemos que estar dispuestos a confiar en que el universo sabe lo que queremos y que encontrará la mejor manera posible para traerlo a nosotros. Tenemos que confiar en que todo se desarrollará en el tiempo adecuado. Tenemos que confiar en nuestro propio poder como creadores deliberados. Tenemos que confiar en que nuestra intuición es lo suficientemente fuerte como para reconocer cuándo estamos siendo conducidos en una dirección específica -y que sabremos qué acciones tomar cuando sea el momento adecuado. 

Todo esto puede dar miedo. Realmente da miedo. Con el fin de confiar totalmente, tenemos que conseguir estar cómodos con la idea de la caída libre. En caída libre sin paracaídas. En caída libre sin paracaídas aunque parezca que nos dirigimos directamente hacia unas rocas escarpadas. Nuestro primer impulso podría ser el de entrar en pánico y buscar desesperadamente un cabo de seguridad.

Sin embargo, algo increíble sucede cuando podemos reunir el coraje para confiar, con determinación, y aferrarnos a la visión interna de lo que queremos. Dejarnos llevar por las fuertes corrientes de viento por debajo de nosotros para que nos guíen exactamente donde queremos estar. A veces nos guiarán a algo incluso mejor que lo que pensábamos que queríamos. Y miramos hacia atrás y nos reímos de lo tontos que parecen nuestros miedos y dudas cuando vemos a través de la claridad de la visión retrospectiva. 

Permitir, confiar, dejarnos llevar es un regalo y una oportunidad. Una oportunidad para afinar nuestro enfoque y tonificar nuestros músculos de la fe. Cada vez que tomamos una decisión consciente de dejarnos llevar y permitir, es más fácil de hacerlo. Crecemos en confianza: tanto en nosotros como en el universo como una fuerza de amor y de apoyo.


Wendy Betterini

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