Sólo hay dos maneras de vivir la vida.
Una es como si nada fuera un milagro.
La otra es como si todo fuera un milagro.
-Albert Einstein
Es fácil ser agradecido ante los regalos y los presentes, es una consecuencia natural de la recepción. Sin embargo, hay un poder alquímico enorme cuando la gratitud se produce como consecuencia de los momentos más difíciles de la vida.
La alegría del agradecimiento por "cosas" es muy diferente a la alegría de "ser". Piensa en esos momentos cuando un torrente de gratitud se ha desatado en ti: la abrumadora sensación de aliento de vida infundido, la expansión de tu corazón hasta el infinito, la gracia ilimitada que sentiste. Podría ser el nacimiento de tu hijo, la sanación milagrosa de un ser querido, la consecución de un anhelado objetivo.
Estos momentos detienen el reloj y te suspenden en un estado infinito del ser. Son mundos aparte de los momentos mundanos. Un "gracias" rutinario, o "eres bienvenido" palidece en comparación. Todo tu ser resuena en agradecimiento. Cada respiración es una comunión cósmica, el movimiento del cuerpo es deliberado e imbuido con la intención consciente, tu atención absorta ve todas las cosas de una manera nueva.
La gracia de la gratitud trasciende la 'normalidad' de dar o recibir. Con la gratitud te adornas con el don de ser...
Adela Rubio
http://adelarubio.com/
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