
Por Enrique Nieto
Existen unos maestros no-físicos que son canalizados por la estadounidense Esther Hicks. Este grupo de maestros se hacen llamar "Abraham" (no tiene nada que ver con el personaje bíblico) y verdaderamente son expertos en el conocimiento de la Ley de Atracción.
En un estilo claro y sencillo explican con profundidad todo lo relacionado a la Ley de Atracción, el funcionamiento del Universo y cómo todos somos poderosos creadores de nuestra realidad.
Leyendo su libro "La Ley de la Atracción", me encontré con una meditación que me pareció fascinante y que hoy quiero compartir con todos ustedes.
Abraham recomienda hacer esta meditación por la mañana cada día por espacio de 15 a 20 minutos e incluir en ella todas las cosas que te gustaría manifestar en tu vida. También recalca la importancia de que te sientas feliz al momento de hacerla, pues de lo contrario tu trabajo no será muy productivo ya que no habrá suficiente poder de atracción.
Aquí está la meditación la cual puedes personalizar de acuerdo a tus necesidades...
Me gusta estar aquí; reconozco el valor y el poder de este momento. Me siento muy bien. Me veo como una especie de conjunto indivisible, conjunto que sé que yo mismo he creado y que estoy seguro de que he elegido. Estoy lleno de energía en esta imagen de mí mismo, soy incansable y me muevo por la experiencia de la vida sin oponer resistencia. Cuando me veo moviéndome por ahí, entrando y saliendo de mi coche, de los edificios, de las habitaciones, de las conversaciones y de las experiencias de la vida, fluyo sin esfuerzo, con comodidad y felizmente.
Me veo atrayendo sólo a aquellas personas que están en armonía con mi intención actual. Cada vez tengo más claro lo que quiero. Cuando entro en mi coche y voy a algún lugar, llego sano y salvo, puntual y preparado para lo que quiera que tenga que hacer allí. Me veo bien vestido de la forma que he elegido para mí. Es estupendo saber que no me importa lo que elijan los demás o lo que piensen los otros de lo que estoy eligiendo. Lo que me importa es que estoy bien conmigo, y cuando me veo, no me cabe la menor duda de ello.
Reconozco que soy ilimitado en todas las facetas de mi vida... Tengo una cuenta bancaria ilimitada y me veo avanzando a través de las experiencias de mi vida, es extraordinario saber que nada de lo que elijo está limitado por el dinero. Tomo mis decisiones basándome en que quiero esa experiencia, no en si puedo permitírmela. Pues soy un imán que atrae, en cualquier momento, la prosperidad, la salud y las relaciones que elijo.
Escojo la abundancia absoluta y continuada, pues entiendo que no hay límite en la abundancia del Universo y que al atraer abundancia hacia mí no estoy limitando la de otro... Hay suficiente para todos. El secreto está en que todos lo entendamos y lo deseemos, y así cada uno atraerá lo que le pertenece. Soy «ilimitado», no por tener unos buenos ahorros en el banco, sino porque entiendo que tengo el poder de atraer lo que quiero para lo que quiera hacer con ello. Y cuando pienso en otra cosa que deseo, el dinero me fluye con facilidad, por lo tanto tengo un suministro ilimitado de abundancia y prosperidad.
Hay aspectos de abundancia en todas las áreas de mi vida... Me veo rodeado de otros, que al igual que yo, quieren crecer, y que son atraídos hacia mí por mi voluntad de dejarles ser, hacer o tener cualquier cosa que deseen, mientras que no necesito atraer a mi experiencia lo que no me gusta. Me veo relacionándome con los demás, hablando, riendo y disfrutando de lo que es perfecto en ellos, a la vez que ellos disfrutan de lo que es perfecto en mí. Todos nos apreciamos mutuamente y nadie critica a nadie, ni ve lo que no le gusta del otro.
Me veo en un perfecto estado de salud. Con prosperidad absoluta, lleno de vida, de nuevo apreciando esta experiencia de vida física que tanto quería cuando decidí adoptar este Ser físico. Es extraordinario estar aquí como un Ser físico, tomando decisiones con mi cerebro físico, pero accediendo al poder del Universo mediante el poder de la Ley de la Atracción. Y desde este maravilloso estado de Ser ahora atraigo más de lo mismo. Es bueno. Es divertido. Me gusta mucho.
Abandono este Taller y me propongo —durante lo que queda de día— buscar más cosas que me gusten. Es estupendo saber que, si veo a alguien que goza de prosperidad pero que está enfermo, no tengo por qué atraer a mi Taller todo lo que es esa persona, sino sólo la parte que me gusta. Atraeré ese ejemplo de prosperidad y eliminaré la enfermedad. Por hoy ya he hecho mi trabajo.
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