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Levántate y Camina Triunfalmente

Levantate-y-Camina-Triunfalmente

Todas las cualidades y poderes de Dios están dentro de cada uno de nosotros. Levantarse y andar significa aceptar la verdad de Dios, caminar libremente a la luz de Dios y a su mejor gloria. Tu vida seguirá la visión o imagen mental que tú mismo te hagas. Podrás ir allí donde tu visión te lleve. Y esa visión se hará realidad en la pantalla del espacio cuando sea mantenida por la fe y repetida intensamente. Para ello tienes que vigilar constantemente los pensamientos que le presentas a tu mente consciente. Si eres negligente, indolente, perezoso y apático, permitirás que los pensamientos e imágenes que te formes y que cruzan por tu mente se queden en ella, contaminándola con las distorsionadas imágenes mórbidas de la mente masiva universal.

La mente precipitada cree en la limitación, el desastre, la mala fortuna, el accidente, la muerte y la enfermedad como independientes de la mente del hombre. De ahí la necesidad de la oración, de mantener una comunión regular con Dios (tu Fuente) y de llenar la mente con las verdades eternas de Dios, que no cambian. Por ello, se deben establecer convicciones que actúen en contra de todas las falsas creencias que abriga la mente precipitada.

La ley de la vida es la ley de la convicción. Todo aquello que aceptes y sientas mentalmente como cierto, terminará por suceder. Aprende a creer en el trabajo de tu mente subconsciente, sabiendo que todo aquello que imprimas en tu subconsciente, quedará expresado posteriormente en tu experiencia de vida. La forma de pensar y sentir en lo más profundo de tu corazón es lo que gobierna todas las fases de tu vida.

Eres una criatura de Dios y, como tal, te hallas destinado a ser algún día el hombre o mujer feliz, alegre y pacífico que Dios tuvo la intención de que fueras. Todo el poder y la sabiduría de Dios se encuentran en ti, lo que te pemite elevarte por encima de todos los problemas y te concede el dominio más completo de tu vida. Tu vida es una vida de Dios y tu mente es la de Dios. Por eso eres eterno y vivirás por siempre. Tu, junto con todos los hombres y mujeres, despertarás algún día a la gloria trascendente del Dios-en-ti y te verás a ti mismo como Dios te ve ahora: perfecto.

Envuélvete mentalmente con majestuosidad y poder y acepta tu unicidad con Dios. Imagina tu salud, felicidad y libertad. Camina a la luz de Dios, sabiendo que él es una lámpara que ilumina tu camino en todo momento. Conviértete en un canal abierto a través del cual Dios realiza estas verdades, para que escuches el canto desde tu interior: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas."


Joseph Murphy

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