
"Equivocarse es humano, ¡pero se siente divino!"
-Mae West
"Canta el cisne antes de morir, ...como si no fuera malo.
¿Hay personas que mueren antes de cantar?"
-Samuel Taylor Coleridge
¿Con qué frecuencia te das tiempo en medio de tu agitada vida para no hacer más que divertirte? ¿Qué tan a menudo te detienes a aspirar el fresco aroma de un césped recién podado, o te dejas ir de espaldas para reír mandíbula batiente? La mayoría de nosotros tendría que responder "no con toda la frecuencia que debería".
Voces interiores de la niñez nos apremian a trabajar con ahínco, a lograr algo, a ser buenos, a no hacer esto o aquello. En algún lugar de mi cerebro todavía resuenan las palabras de mi madre diciéndome "¡No te portes de un modo tan indigno de una dama! ¿Crees que la señora Schultz haría eso?" La señora Schultz era nuestra correctísima vecina. Recuerdo haber pensado a menudo que la señora Schultz no parecía disfrutar de muchas cosas.
La vida no es un ensayo con el atuendo apropiado. Es lo que estamos viendo. No podemos retroceder y volver a vivirla. Una vez pasada, se va... ¡y se va para siempre! Así que, si no la vives con plenitud ahora, ¿cuándo piensas hacerlo?
Lo que quiero decirte es que ¡aprendas a disfrutar! Uno necesita saborear la vida, devorarla, deleitarse con ella, cada minuto, celebrar toda experiencia preciosa y, ¡hacerlo con verdadero gusto! Disfruta con todos tus sentidos: extasíate con esa espléndida puesta de sol, con la dulce fragancia de una mañana de primavera, con todos los sonidos de la vida que te rodea, con todo contacto, con cada sonrisa, con cada voz amorosa. Ríe a más no poder... ¿Qué importa que des la impresión de ser estruendoso? ¿Porqué no regocijarse de una comida que ha sido deliciosa, o una copa sensual de rubicundo vino tinto, o la presencia de alguien a quien amas? ¿Porqué no sentirte ardiente de amor y belleza, de música y danza, de risa y regocijo? ¿Porqué no dejar que tu vida esté repleta de fabulosos placeres?
Por supuesto, tienes que ser sensato en tus juicios. Cerciórate de no hacerte daño a ti mismo ni a los demás con tu jolgorio. Es saludable saber disfrutar, y es también saludable hacerlo con cordura.
Me pregunto si la señora Schultz hubiera sabido lo divertido que es saber disfrutar, ¿habría gozado más de la vida...?
Tú mismo sabrás, mejor que nadie, cómo puedes inyectar más júbilo, más deleite a tu vida. ¡Adelante, hazte esa concesión! ¡Vive la vida en toda su plenitud!
Dottie Billington
0 Comentarios