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El Increíble Poder de la Determinación


Ángelo Siciliano, un italiano flaco y sin privilegios, hacía un recorrido por un museo de Brooklyn. En la entrada de este, Ángelo se sintió intrigado por una estatua de Hércules. Vio a la estatua desde todo ángulo posible y le maravillaron los hermosos músculos suaves y fluidos de Hércules. Se sintió cautivado por la potencia abrumadora que transmitía la apariencia de la estatua. Le sorprendió que el director de la guía le dijera que los escultores griegos utilizaban atletas como modelos. 

Ángelo dijo poco, pero interiormente ardía de excitación. Sabía que si otro pudiera verse así, entonces quizás, quizás, también él podría verse así. ¿Puede usted imaginarse a un flaquito de los barrios bajos de Brooklyn teniendo ese sueño y planeando verse como una estatua? Al mirar a su cuerpo flaco en comparación con ese magnífico físico del atleta griego, supo que frente a él le esperaba un viaje largo para ir desde donde estaba hasta donde quería estar. Más importante todavía es que comprendía completamente que EL PRECIO DEL ÉXITO ES MUCHO MENOR QUE EL DEL FRACASO. 

Ángelo deseaba tener algo de equipo fantástico para formar la musculatura del cuerpo, pero era demasiado caro. Sabía también que el atleta griego que sirvió como modelo para Hércules no había utilizado un equipo costoso, por lo que desarrolló una serie de ejercicios en los cuales hizo que un músculo se enfrentara a otro. Al proceso lo llamó “tensión dinámica”. 

Un día Ángelo y sus amigos estaban jugando en la azotea del hotel Atlas de Broadway cuando uno de los muchachos señaló a Ángelo y a la estatua de Atlas sosteniendo al mundo en su espalda: “vean muchachos”, gritó el joven, “Ángelo parece un Atlas”. Efectivamente, Ángelo Siciliano parecía Atlas. Para este momento, usted sabe que estoy hablando de Charles Atlas, quien comenzó como un niño flaquito de menos de 45 kilos. Desarrolló tan bien esos 45 kilos, que se le aclamó universalmente como el más perfecto de todo el mundo. No tenía mucho al principio, pero tomó lo que tenía y lo utilizó con lo mejor de sus habilidades. 

Probablemente usted no quiere formar un montón de músculos, pero puede lograr tanto progreso mental, financiero, moral, emocional o espiritual como lo hizo físicamente Ángelo. Determine con claridad lo que quiere y utilice los recursos que tiene con la misma dedicación y esfuerzo, y obtendrá los mismos resultados. 


Zig Ziglar

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