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Viva Este Día Como si Fuera el Último de su Vida: Og Mandino



El siguiente texto del gran Og Mandino sobre vivir cada día como si fuera el último es una llamada a la acción para vivir plenamente y sin arrepentimientos. Nos recuerda que cada día es un regalo y que debemos aprovecharlo al máximo, tratando a cada persona y situación con amor, respeto y gratitud.

Mandino nos inspira a no posponer nuestras metas y sueños, sino a perseguirlos con pasión y determinación. También nos anima a apreciar las pequeñas cosas de la vida, como la belleza de la naturaleza y el amor de nuestros seres queridos, ya que estas son las cosas que dan significado y propósito a nuestras vidas.

La lectura de este texto nos hace reflexionar sobre la forma en que estamos viviendo nuestras vidas y nos desafía a hacer cambios significativos si no estamos satisfechos con nuestra situación actual. Nos impulsa a dejar atrás el miedo y la duda y a abrazar cada día con una actitud positiva y un corazón agradecido.

En resumen, este texto de Og Mandino es un recordatorio poderoso y motivador de que nuestra vida es fugaz y que debemos aprovechar cada momento al máximo. Nos inspira a ser valientes, perseverantes y a vivir con propósito y pasión, asegurándonos de que cada día cuenta.

Lee con atención...

Viva Este Día Como si Fuera el Último de su Vida


por Og Mandino

La mayoría de los fracasados actúan siempre como si les quedaran mil años de vida. ¿Por qué? Sencillamente porque no sienten la menor confianza de poder manejar los retos de la actualidad. ¿Y cómo evitan el tener alguna vez que poner a prueba su potencial? De cien maneras diferentes. Algunos beben demasiado o se dedican en exceso a festejar. Muchos duermen dos o tres horas más de las que necesitan cada noche. Otros se pasan horas interminables resolviendo crucigramas o armando rompecabezas, o echados frente al televisor.

“No hay que preocuparse —siempre le aseguran a uno—. Todo se resolverá… mañana”. ¿Mañana? Llevo muchos años en este mundo y en todo ese tiempo he visto miles de calendarios, pero nunca… nunca he visto uno con un “mañana” en él.

Nunca hay que tratar el tiempo como si uno tuviera de eso un surtido interminable. Uno no tiene ningún contrato con la vida. Si el ayer es ya un cheque cancelado, el mañana es sólo un pagaré. Todo lo que uno tiene en efectivo es el hoy, y si uno no lo gasta prudentemente, la culpa es sólo de uno. El Padre Tiempo no hace viajes redondos en beneficio nuestro.

Ninguno de nosotros ha aprendido mucho a menos que aprenda a dar a cada día el trato de una vida separada. Los millones de personas afortunadas que se han salvado mediante Alcohólicos Anónimos conocen muy bien el poder de la expresión “un día a la vez”. En una ocasión Robert Louis Stevenson escribió: “Cualquiera puede llevar su carga, no importa qué tan pesada sea, hasta el anochecer. Cualquiera puede hacer su trabajo, no importa qué tan difícil sea, durante un día. Cualquiera puede vivir una vida dulce, paciente, amorosa y pura hasta la puesta del sol. Y esto es todo lo que la vida significa realmente”.

Independientemente de lo difícil que sea, uno puede manejar la carga de este día, una tarea a la vez, y avanzar en dirección a sus metas. Sólo cuando uno se pasa horas innumerables y plañideras rememorando sus errores pasados, o preocupándose de las cosas terribles que podrían suceder mañana, es cuando uno deja escurrir este día precioso, que es todo lo que uno tiene.

Hoy es su día, el único día de que dispone, el día en que puede mostrar al mundo que puede hacer una contribución significativa. Tal vez nunca logre entender cual es el significado de su papel en ese gran todo que es la vida, pero usted sigue estando aquí para desempeñarlo, y ahora es el momento. No importa qué tan llenas estén las horas, hay que recordar que sólo pueden entrar en la vida de uno en forma de un momento a la vez, únicamente. Usted puede manejar cualquier momento, no importa qué tan difícil sea, cuando le llega en fila india.

Cuando uno concluye su día, debe darlo por concluido. Nunca debe llevar parte de la carga al día siguiente. Uno hizo lo mejor que pudo y si en ello hubo algunos desaciertos y errores, hay que olvidarlos. Hay que vivir este día, y todos los días, como si todo fuera a terminar con la puesta del sol, y cuando ponga la cabeza en la almohada, debe descansar con la seguridad de haber hecho lo mejor que pudo.

Hay que vivir este día como si fuera el último de su vida. Hay que recordar que sólo se encontrará la expresión “mañana” en los calendarios de los tontos. Hay que olvidar las derrotas del ayer y no tomar en cuenta los problemas del mañana. Eso es todo. El día del Juicio Final. Es todo lo que se tiene. Uno debe hacer de este día el mejor de su año. Las palabras más tristes que uno podría pronunciar son: “Si pudiera volver a vivir mi vida…” Hay que tomar la batuta ahora. ¡Y dirigir con ella! ¡Éste es su día!

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