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La Felicidad es Algo que se Hace, no Algo que se Encuentra

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"El pájaro no canta porque es feliz... Es feliz porque canta."
-Anthony DeMello

El psiquiatra y autor, W. Beran Wolfe (1900-1935), escribió una vez: "Si observas a una persona realmente feliz, la encontrarás construyendo un barco, escribiendo una sinfonía, educando a sus hijos, plantando dalias en su jardín o buscando huevos de dinosaurio en el desierto de Gobi. No la encontrarás buscando la felicidad como si fuera la cuenta de un collar que se ha deslizado bajo el radiador. La búsqueda es un fin en sí misma. Te habrás dado cuenta de que ella es feliz durante todo el curso de su vida, las veinticuatro horas de cada día".

Esta es probablemente la mejor descripción de la felicidad humana que he encontrado. Simplemente la clava. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros cometemos el error de pensar y creer que una vez que suceda esto o aquello, finalmente nos sentiremos felices. Creemos que una vez que tengamos la casa de nuestros sueños, el coche perfecto, el gran trabajo, los niños crezcan, obtengamos una herencia, etc., entonces y sólo entonces vamos a ser felices. El problema sin embargo es dolorosamente evidente. Estamos alquilando nuestro presente, lo único que realmente tenemos, y no algún futuro imaginado. 

Reflexiona por un momento. Nos enseñaron la religión para someter nuestro presente a nuestro futuro: un futuro que puede o no materializarse. Es una apuesta arriesgada para sentirnos seguros. En el proceso terminamos perdiendo lo único que realmente tenemos: El Ahora. 


Una de las cosas más difíciles es aprender a ser conscientes y comprometidos con cada momento y, sin embargo esta aparentemente simple habilidad es el comienzo de la iluminación o la felicidad si se quiere. El adversario principal en nuestros esfuerzos para lograr "vivir el momento" es nuestro diálogo interno. La charla constante que pasa por nuestras mentes. Esa voz que no cesa en su maníaca narración de nuestras vidas. Si fuera una persona real, un amigo tal vez que está siempre contigo, las veinticuatro horas los siete días de la semana, con su constante parloteo, probablemente podríamos grabarla. Sin embargo, es una parte elemental de nuestro ser, que si se tratara de parar, la mayoría de nosotros se sentiría fuera de control pensando que había sufrido algún evento médico horrible, como un accidente cerebro-vascular o incluso la muerte. Para la mayoría de los profesionales, se necesitan años para ser capaz de alcanzar y mantener el aquietamiento de la voz interior de modo que uno pueda simplemente Ser. Sin embargo, para tranquilizar esta voz interior se puede echar mano de la meditación. 

Probablemente todos hemos asistido al funeral de alguien que trabajó servilmente la mayor parte de su vida, dejando de lado el tiempo con la familia, las vacaciones, el ocio, la vida social de cualquier tipo, todo eso pensando que una vez llegada la jubilación, podría disfrutar de los frutos de sus sacrificios y, finalmente, ser feliz. Pero, ¿qué pasó? Ocurrió la muerte. Y todos nosotros no lloramos tanto la muerte de la persona física, sino la muerte de su oportunidad para finalmente ser feliz. Qué lástima por cierto. Como he dicho antes, es una apuesta muy arriesgada. 


Beran Wolfe estaba en lo cierto. La felicidad es algo que se hace, no algo que se encuentra. Se trata de la decisión de estar presente en cada momento, hoy es el día, ahora es el momento. La vida está sucediendo ahora mismo, no mañana, no ayer. Entendamos que estos son los viejos y nuevos tiempos a fin de tomar cada momento como algo precioso porque el tiempo como lo concebimos no existe. La felicidad es, sin lugar a dudas, una decisión que debe tomarse y que la elección no pertenece a otra alma, sino a la nuestra. Así que lo que sea que estés esperando, detente. Lo que está sucediendo a tu alrededor en este momento es lo que siempre ha sido.


Edward Dunn

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