Todos hemos oído el dicho: "La paciencia es una virtud". Hace poco me di cuenta de lo impaciente que solía ser cuando era más joven. Yo, literalmente, vivía para el reloj. Planeaba mi día hora por hora. Tuve que hacerlo. Con un trabajo de tiempo completo e ir a la escuela tiempo completo, nunca tenía tiempo para nada más. Y yo estaba ocupada persiguiendo un sueño...
Ahora, yo no creo en vivir para el reloj. Me tomó mucho tiempo llegar a este punto. En una época donde la mayoría de la gente está en una carrera constante para llegar a alguna parte, yo podría considerarme demasiado relajada, o incluso "anormal". Y lo que me pregunto, ¿cómo puede la mayoría de la sociedad ser tan impaciente? Algunas personas se autoprograman así y otras son simplemente impacientes. Luego están las personas que están en una carrera loca para llegar a la vida que han soñado. No van a ser felices hasta que sucede tal y tal. Tener "la buena vida" depende de que nuestros sueños se cumplan. Yo solía ser esa persona...
Lo que algunos de nosotros no nos damos cuenta es que la vida comienza AHORA. La vida que soñamos ya está en ciernes. Es ahora. De alguna manera nos vemos atrapados en lo que falta en nuestras vidas. Por lo general, este es un fenómeno muy común. Ya se trate de tu trabajo, donde vives, o tu pareja, creemos que las cosas podrían ser diferentes. Puede ser que te encuentres en una situación un tanto incómoda, pero comprende que es la preparación para pasar al siguiente nivel de vida. Si estás en una carrera loca y desesperada para llegar al siguiente nivel, puedes estar perdiendo algo de lo que está sucediendo en estos momentos. Es bueno tener metas en la vida y soñar con un gran futuro, sin embargo, no permanezcas tan atrapado en el sueño ya que te pierdes la oportunidad única de disfrutar plenamente el ahora. Además, si permaneces centrado en el ahora, hacer planes para el futuro va a resultar más fácil y productivo.
He aquí algunos ejercicios para que los utilices cuando sientas que no estás viviendo en el "ahora":
Cierra los ojos y respira profundamente tres veces, con largas respiraciones. Céntrate en liberar tu mente de cualquier pensamiento. Si un pensamiento viene a tu mente, imagínate que soplas el pensamiento a la distancia y desapareciendo como una bocanada de humo. Al abrir los ojos te sentirás más relajado y capaz de concentrarte.
Otro ejercicio es el que utilizarás cada vez que estés en la cola del supermercado, banco, o donde sea. Cuando empieces a sentirte impaciente, detente y mira a tu alrededor. Por lo general hay alguien con un bebé o un niño pequeño en frente o detrás de ti. Imagínate a ti mismo como el niño que estás viendo en ese momento: Disfrutando de todo lo que hay a su alrededor y feliz de sólo ser.
Nunca debes pasar más de 20 minutos al día pensando en tu futuro, y nunca debes vivir en el pasado. Trae tu vida de nuevo al AHORA y disfruta de lo que tienes o haces en este momento. La vida comienza ahora...
María
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