
¡Abrazo los hermosos sonidos de la naturaleza en cada oportunidad que tengo! Ellos son como música para mis oídos, especialmente cuando mi alma está inquieta y desea la paz.
La naturaleza me da el tipo de asentamiento mental y espiritual que ninguna terapia del hombre es capaz de proporcionar.
Cada vez que tengo una semana estresante en el trabajo, ya tengo ganas de un fin de semana para una escapada a un spa holístico, donde las aguas del río acarician suavemente las rocas y los pájaros cantan dulcemente en los árboles. Este tipo de entorno hace que instantáneamente mi humor se suavice y mis músculos se relajen. ¡Me encantan los sonidos de la naturaleza!
Los días en que no soy capaz de estar en un entorno totalmente natural, escucho grabaciones de los sonidos de la naturaleza. Me acuesto, estoy en mi cama con los ojos cerrados y escucho y permito que mi espíritu se transporte a ese lugar de paz, armonía y sanación.
Al caer el sol, hago un esfuerzo para ir a la playa, donde puedo estar quieto y escuchar las olas rompiendo contra las rocas. Ese sonido es muy relajante para mí.
Me da la oportunidad de escuchar mis pensamientos más íntimos y encontrar respuestas a preguntas que están plagando mi mente.
Hoy en día, creo en el poder tácito de la naturaleza para hacer cambios positivos en mi vida. Reconozco los mensajes que se envían a través de la naturaleza y los aplico a mi vida diaria.
William Cruit
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