Hay momentos en nuestra vida en que nuestro mundo se desmorona, cuando estamos abrumados por la intensidad de los acontecimientos, cuando nos sentimos alienados de nosotros mismos o de otros, y cuando nuestra vida parece no tener sentido. En esos momentos en que nos sentimos más a la deriva y confusos, es posible encontrar un santuario de renovación.
Aquí está una manera tranquila y apacible de acceder a la paz interior profunda:
El silencio es un verdadero refugio y ofrece un santuario de renovación. En los momentos de confusión y complejidad nos vemos tentados a hacer más, a actuar, a encontrar explicaciones para todo. Si escuchamos a nuestro corazón, llegaremos a conocer la sabiduría de estar quietos. Calmamos la agitación de la mente, sintiendo los pies en la tierra, y conectando con un profundo silencio interior que nos puede guiar, sanar y restaurar.
El silencio es una realidad siempre presente que se revela en los momentos en que recordamos mirar dentro de nosotros mismos y escuchar. El silencio se revela en los momentos de atención de todo corazón, cuando estamos totalmente presentes en esta vida. Como un místico cristiano nos recuerda: "la atención absoluta, sin mezcla, es la oración." El arte de cultivar el silencio no nos lleva a un divorcio del momento presente, de la realidad en nuestra vida. Cultivando el arte del silencio, aprendemos a descubrir su riqueza en todos los momentos y encuentros. Atesorando su rico potencial, aprendemos a descubrir lo que significa vivir con el corazón en silencio, rico en vitalidad, creatividad, energía y vida.
El silencio es la tierra de la felicidad, la comunión y la unidad. Podemos aprender a encontrarlo en todos los momentos y cosas, nos da a conocer que nunca se ha perdido, sólo se oculta.
Christine Feldman
Fuente: http://www.care2.com/
0 Comentarios