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Sonríe y Agradece a tu Cuerpo


¿Cuándo fue la última vez que agradeciste a tu cuerpo por todo lo que hace por ti todos los días? La "sonrisa interior" es una práctica antigua, una forma de honrar profundamente al cuerpo mediante el reconocimiento y la gratitud. También es una práctica que puedes comenzar en el próximo minuto. La sonrisa interior pasa por nombres como "sonrisa cósmica", la "sonrisa universal" y, está basado en el lenguaje de la atención, la reducción del estrés y la "exploración del cuerpo." Es parte de muchas tradiciones las cuales dan testimonio de su importancia. 

Cuando sonreímos hacia el interior del cuerpo, cambiamos nuestra relación con él de una manera positiva y tangible. Para descubrir cómo esta práctica te puede ayudar, toma un minuto para reflexionar sobre las siguientes preguntas:


1. ¿A menudo criticas a tu cuerpo o lo comparas con otros? 

2. ¿Estás enojado porque tu cuerpo no es más alto, más bajo, más delgado, o... (llena el espacio)? 
3. Cuando te miras en el espejo, ¿te enfocas en lo que consideras tus defectos? 
4. ¿Te culpas a ti mismo por haber hecho daño a tu cuerpo de alguna manera, como por ejemplo a través de acciones pasadas, conductas de riesgo, uso de sustancias, etc.? 

Masajea tu cerebro con una sonrisa hacia el interior 

He encontrado que la sonrisa interior es una práctica matutina ideal para contrarrestar la negatividad y girar la mente en una dirección positiva al inicio de la jornada, a pesar de que se puede utilizar en cualquier momento del día. Esta práctica activa el motor y la corteza sensorial del cerebro: es algo así como masajear el cerebro de adentro hacia afuera. 

También fortalece cualidades personales como la auto-disciplina y el autocontrol. La disciplina a veces se asocia erróneamente con el autosacrificio, pero como el monje budista Bhante Henepola Gunaratana señala: "Una vida bien disciplinada también puede ser una fuente de gran felicidad." 


Repasemos la práctica de la sonrisa interior. El propósito de esta práctica es sentir el cuerpo directamente, sin la intervención de la mente, prescindiendo de la costumbre de etiquetar una sensación como "agradable" o "desagradable". En verdad, una sensación en sí no tiene nombre, es sólo la sensación que existe en este momento. Una sensación no define quién eres. Simplemente observas, de manera directa y sin la interferencia de los pensamientos, la presencia de esas señales en tu cuerpo. 

Gratitud: Cómo practicar la sonrisa Interior

Comienza por disponer de un momento para sentirte agradecido por tu cuerpo, ese extraordinario don que posees. Luego, a partir de tus pies y siguiendo hasta la cabeza, pon tu atención en cada parte de tu cuerpo. Comenzando en los pies, lleva toda tu conciencia a ellos, a la parte posterior de los pies hasta la punta de los dedos. Nota la sensación que surge en el momento, y en el momento siguiente. Después de ser consciente de una parte del cuerpo, sonríe interiormente a esa parte, enviándole tu profunda gratitud. Piensa en todo lo que hace por ti a diario. Tus pies, por ejemplo, te permiten caminar, conducir tu coche, te permiten asearte en la ducha, y hacen todo lo que hacen sin quejarse. Maravilloso, ¿no es así? 


Puedes pasar todo el tiempo que desees notando las sensaciones y enviándole gratitud a cada parte del cuerpo, desde los pies hasta las piernas, el torso, los brazos, las manos, la columna vertebral, los órganos internos, el cuello, la cara y el cerebro. Si notas dolor o malestar en cualquier lugar o si has sufrido un traumatismo en una parte particular del cuerpo, puedes centrarte en esa zona o seguir adelante y volver a la zona dolorida después. Debido a que tu estás en control, también puedes tomar un descanso cuando sientas alguna molestia. 


Después de haber completado la exploración del cuerpo y llevar una sonrisa hacia adentro a diversas partes del mismo, descansa en el conocimiento de que tu cuerpo te ayudará a alcanzar tus metas todos los días. 

PRÁCTICA DIARIA: Sonríe y agradece a tu cuerpo 

Haz el compromiso de practicar la sonrisa interior durante una semana. Cada vez que lo practiques, cambias tu enfoque hacia tu cuerpo y su función. Esta es una forma más equilibrada de ver tu cuerpo. Encuentra una hora adecuada para ti, y decide la cantidad de minutos que deseas invertir cada día. Experimenta con lo que funciona mejor. Puedes encontrar en esta una buena práctica de concentración para usar durante el día. 


Cuando te hayas adaptado a esta práctica, simplemente coloca las palmas de tus manos sobre el centro del corazón. Durante un minuto, observa las sensaciones en las palmas de las manos, las manos y el corazón. Al hacer esto, sonríe y envía gratitud a todo tu cuerpo. 


Donald Altman

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